Eduardo Chirinos (Lima, 1960) es, sin duda, uno de los poetas hispanoamericanos más brillantes y reconocidos del panorama poético actual. Autor de una quincena de libros de poesía, entre los que destacan Rituales del conocimiento y del sueño (Madrid, 1987), El Equilibrista de Bayard Street (1998), Abecedario del Agua (Valencia, 2000), Breve historia de la música (Premio Casa de América de Poesía, Madrid, 2001), No tengo ruiseñores en el dedo (Valencia, 2006), Humo de incendios lejanos (Lima 2009), Catorce formas de melancolía (2009), Mientras el lobo está (2010), Anuario mínimo (1960- 2010) y 35 lecciones de biología (y tres crónicas didácticas) (2013).
La crítica, coincide en señalar que la poesía de Eduardo Chirinos se inscribe en una línea de recuperación del espacio clásico, una poesía que pretende el gran aliento poético de la tradición culturalista, en la que el personaje poético se enmascara continuamente tras los pretextos mitológicos o intertextuales, aunque con plena conciencia irónica de su fracaso, del fracaso del profeta que finge ser. Una de las características fundamentales en la poesía de Chirinos es su eclecticismo formal, cada uno de sus libros es distinto de los anteriores y en ello se practican todas las modalidades poéticas, desde el neovanguardismo experimental a la poesía más coloquial o conversacional, desde la poesía más esencialista o abstracta a la más directa o comunicativa, sin menospreciar el empleo del versolibrismo salmódico, la prosa poética o las estrofas medidas y rimadas de la tradición clásica, sin despreciar tampoco la sintaxis emocional de la tradición surrealista o el tono directamente narrativo y realista. Todos los registros han cabido en la ya abundante trayectoria poètica de Eduardo Chirinos. El mismo Chirinos daba razón de este eclecticismo con las siguientes palabras colocadas al frente de uno de sus libros: “…todavía me siento incapaz de saber lo que quiero decir con mis poemas. Más sabios que yo, ellos terminan diciéndome, y yo dejándome decir con alarmante pasividad.” Hay, no obstante, en Chirinos, dentro de toda esa aparente puesta en escena grandilocuente, una lucidez humilde y muy humana, característica de la tradición hispanoamericana y, más en concreto, de la peruana, una lucidez que está muy cerca, por verdad, de Vallejo o de la tradición de la poesía oral en español.
Presenta la actividad: Álvaro Salvador
Fecha: jueves, 3 de abril, a las 20:00 h
Lugar: Biblioteca de andalucia
Organiza: Ateneo de Granada